GradaDigital.com – El fútbol venezolano ha tenido muchas situaciones irregulares desde que se formalizó profesionalmente como actividad. Semana a semana, son nuevas «anécdotas» y casos que sorprenden a todos los que siguen este deporte en nuestro país, pero la semana que concluyó con la cuarta jornada podría ser una de las más lamentables en su carrera.
Todo inició con los actos violentos al que fue sometido el árbitro internacional, Juan Soto. El venezolano que tenía programado pitar el duelo entre Morelia de México ante The Strongest de Bolivia por la Copa Libertadores este martes, quedó a un lado ante la posibilidad tras sufrir una fractura en uno de sus pómulos luego de un secuestro exprés. Además sufrió otros daños corporales que satisfactoriamente, dentro de lo que cabe, no pasó a mayores. Soto ya estaría siendo dado de alta esta misma semana.
Posteriormente, el día sábado, 31 de enero, el plantel de Estudiantes de Mérida sufría un accidente vial camino a San Felipe para disputar el encuentro programado ante el Deportivo Lara, cuando se volcara el autobús que los transportara. Hasta el momento se conoce que el chofer trató de esquivar un vehículo que le obstaculizaba el camino, y que terminó con el desafortunado desenlace. Estudiantes reflejó 13 heridos, siendo el más afectado Carlos De Castro quien debió ser operado de la cervical. Hasta ahora presenta progreso positivo.
Y por último, el domingo por una jornada de ascenso, Margarita FC y Estudiantes de Caracas se encontraron en la ciudad de Porlamar en un juego que finalizó con el triunfo del equipo capitalino. Tras la conclusión del mismo, aficionados identificados como seguidores del club local, agredieron físicamente a los jugadores de Estudiantes de Caracas dentro de los camerinos, donde además querían robar las pertenencias del club. El más afectado fue el uruguayo Nicolás Massia al recibir una apuñalada en su abdomen luego de resistirse al robo. Se conoce que Massia deberá mantenerse cinco meses alejado de las canchas tras salir estable de la operación.
¿Se está escapando de las manos el fútbol venezolano?