GradaDigital.com – Liborio Guarulla, Presidente del equipo de Primera División, Tucanes FC, y Gobernador del Estado Amazonas, expresó su descontento ante las acciones tomadas por el Consejo de Honor, y se dirigió a la Federación Venezolana de Fútbol, a través de un texto expuesto en su red social, el cual dice lo siguiente:
DERECHO TORCIDO
UN CONSEJO EQUIVOCADOEl consejo de honor de la Federación Venezolana de Fútbol (FVF), dictó sentencia en (06-05-2014), en el recurso presentado por el Club Deportivo Táchira, ordenando repetir el juego contra El Vigía FC, decretando fortfait en la jornada Nº 07 de El Clausura. La decisión llegó 70 días después y cuando sólo resta un juego a los Clubes para Cerrar el Torneo Clausura.
Hay un principio en el Derecho que reza: “Un acto de justicia tardío no es justicia, sino todo lo contrario”. He aquí un ejemplo. En la fecha 7 del torneo todos los equipos estaban igualados o tenían la misma oportunidad; pero en todo caso no era el mejor momento del Táchira. Ahora las tendencias están revertidas, ya que el Vigía es un equipo condenado al descenso, y por lo tanto sin ánimos ni pretensiones. Hasta el más inocente piensa que el Consejo de Honor está favoreciendo a un poderoso en desgracia. No por simple lástima o humanismo; sino porque los unen otros intereses oscuros o bastardos.
Al contrario de lo que suele pasar, la fecha 7 del Fútbol Profesional de Venezuela, no fue de suerte sino totalmente irregular y nefasto, catastrófico. Los jugadores profesionales y el cuerpo técnico se pararon en un 92 por cierto. Todos los clubes se vieron obligados a jugar con sus juveniles, segunda categoría y uno que otro “rebeldes”. Los resultados se aceptaron pero pocos quieren recordarlos. La Relación Dueños-Técnicos-Jugadores y hasta medios quedaron marcados por la infidelidad, la incomprensión y las posiciones políticas. Pero el origen está en el Gobierno Nacional y la FVF, quienes se comprometieron con los dueños de clubes reunidos en la Isla de Margarita, de garantizarles la total seguridad a los clubes, y por ende a sus jugadores y fanaticadas, para celebrar los partidos.
Como una manera de colaborar a la “sensación” de estabilidad (del país), en un momento (febrero) en que las protestas populares convulsionaban a varios Estados (Mérida, Táchira, Carabobo, Bolívar, Aragua, Zulia y la Capital, Caracas). Muchos clubes se vieron obligados a cruzar verdaderas zonas de “guerra”, incluso ir de un extremo a otro de Venezuela para cumplir su juego; por ejemplo, Mineros fue a Barinas, Petare al Amazonas, y Tucanes a Lara. Y donde, aun considerando que en San Cristóbal había focos de violencia; Táchira era lo más cerca de su rival, El Vigía. También los árbitros debieron cruzar línea de fuego. La Resolución de FVF (dictado para esa fecha) y el Reglamento de juego es muy claro, el club que no se presentara (o no justificara con tiempo; y de hecho no se dejó margen a la “justificación”) perdía por fort fai.
Repetir ese ambiente de presión y conflictos internos y externos – al fútbol Venezolano, es imposible. Incluso, vergonzoso, para todos. Aun cuando los jugaran los juveniles de los Clubes Táchira y el Vigía, sin sus Técnicos y Cuerpos Directivos. De allí que esta decisión del Consejo de Honor de la FVF, no solo es extemporánea, sino que luce “parcializada” y retorcida. Y aunque pueda beneficiar al Táchira F.C, agrega un nuevo pecado y delito a la mala fama de FVF.