Mariann García, Puerto La Cruz. – El resultado del Uruguay 2-0 Colombia ya se sabía en el José Antonio Anzoátegui desde que culminó ese juego, los únicos que no estaban al tanto de esto eran los jugadores peruanos y venezolanos, quienes salieron con todo a tratar de sumar y después revisar qué había pasado en las eliminatorias. La garra y orgullo pudo más que cualquier cosa, plantearon un encuentro ofensivo y Salomón Rondón, César González y Rómulo Otero se encargaron con sus tacos de marcar los goles que dejaron el marcador 3-2. La esperanza aún vive, es mínima, pero los jugadores se aferran a ella.
Los primeros minutos del partido Venezuela salió con todo, cada uno de los jugadores sabían que se estaban jugando más que tres puntos, el orgullo nacional también estaba en juego y ellos buscaron defenderlo. La combinación entre Arango, «Maestrico» y Yohandry metió presión en el área de peligro peruana con constante llegadas que asustaron a más de uno. La orden fue clara: atacar y ellos la buscaron cumplir, aunque la defensa visitante se paró muy bien para marcar a ambos atacantes.
El jugador más buscado fue Salomón, todos los vinotintos intentaban centrarle los balones al área, pero en las primeras oportunidades los defensores peruanos lo impidieron al no darle posibilidad de hacer sus maniobras.
Roberto Rosales tuvo salida por el costado izquierdo, siendo más ofensivo que defensivo en todo el primer tiempo. Buscó acompañar la rapidez de Martínez y Orozco que de manera reiterada iban al ataque para alimentar de asistencia a Salo. Tomás Rincón funcionó como único recuperador, aunque cuando tuvo una en sus pies la mandó al arco con un pelotazo.
Al minuto 20 hubo un balde de agua fría que supo llevar la selección sin tanto desespero. Los de Markarián abrieron el marcador con una llegada clara de Cristopher Hurtado que pegó en diagonal y lo metió en el ángulo inferior izquierdo del arco defendido por Dani Hernández.
Tres minutos más tarde, un error de Amorebieta estuvo a punto de costar el segundo gol de Perú, pues dejó un mal rebote y Jhoel Herrera que apuntó un pelotazo directo al arco, pero terminó por encima.
Casi a los treinta del partido, Oswaldo Vizcarrondo se arriesgó a subir y pegar un pelotazo que ahogó el grito de los presentes. Al 31 Orozco con un mano a mano disparó a la valla de Fernández, pero se fue por un costado y ese rebote lo tomó «Robertico» para filtrar y darle a Josef la oportunidad de casi igualar el marcador con una tijereta que no conectó bien.
Comenzando a correr el minuto 36 Dani Hernández tuvo una mala salida, pero supo enmendar y darle salida a un balón que pasó por los pies de «Maestrico» y posteriormente terminó en un perfecto amague del Gladiador para dejar el 1-1 en la pizarra del José Antonio Anzoátegui.
En la segunda mitad los de Farías salieron con el mismo guión, aunque con un poco más de precisión y garra al momento de atacar. Trascurrieron cinco minutos cuando el delantero Martínez dio el primer aviso, unos instantes más tarde sería César quien desde fuera probaría los reflejos de Fernández con un zapatazo.
Al minuto 60 de juego, Orozco reclamó una mano en el área y el principal sentenció la pena máxima. El encargado de cobrar fue César González, quien de manera perfecta la metió en el ángulo izquierdo de la arquería defendida por Raúl.
Luego del 2-1 Markarián les dio ingreso a Luis Ramírez y Paolo Guerrero para tratar de buscar ofensiva. Por el otro lado, el DT venezolano hizo entrar a Rómulo Otero, dándole como instrucciones que hiciera su fútbol y atacara. Al 72 el capitán Juan Arango pegó un balonazo en el travesaño después de cobrar un tiro libre.
El cronómetro marcó los 77 minutos de partido y Otero definió un golazo que colocaba las acciones 3-1. El del Caracas FC recibió una asistencia de Yohandry y definió su primera diana con la camiseta vinotinto, mayor orgullo para él que fue en tierras orientales. Farías no tiró la toalla y sus muchachos tampoco, cada vez iban por más goles, pero no pudieron convertir.
En el minuto 87 llegó un sorpresivo 3-2 por intermedio de Carlos Zambrano, nuevamente la pelota parada pasó factura en la defensa venezolana. El resultado aún da algo de esperanzas matemáticas para enfrentar a Paraguay el 11 de octubre, lo que sería el único chance de sumar y luego ligar.