EFE – San Lorenzo de Argentina celebró su noche de gloria al alzar por primera vez en su historia la Copa Libertadores de América con una ajustada y dramática victoria por 1-0 de penal frente a Nacional de Paraguay, un duro rival que luchó con dinamismo e inteligencia. Con esto, consiguieron el pasaje a la Copa Mundial de Clubes de la FIFA Marruecos 2014.
Más de 40.000 almas festejaron hasta el delirio la conquista de uno de los grandes del fútbol argentino, que tuvo que esperar 54 años para ganar el trofeo luego de haber sido eliminado en semifinales de la primera edición de 1960.
En el partido de ida en Asunción empataron 1-1. El público argentino despidió a los Tricolores con sonoro aplauso.
Un muy digno rival
‘Nacional Querido’, como se lo conoce en su país, no sólo producía los mejores impactos ofensivos con zurdazo estrellado en el palo por Derlis Orue, dos remates amenazadores de media distancia de Silvio Torales y dos tiros libres en forma de centro de Marcos Riveros al corazón del área que exigieron al guardameta Sebastián Torrico.
El equipo asunceño sorprendió con una agobiante presión en la salida desde el fondo de los sanlorencistas e impuso una dinámica de vértigo, con una rápida generación de ataques que convertían las entradas de Fredy Bareiro y Marcos Melgarejo en pesadillas para los centrales Mauro Cetto y Santiago Gentiletti.
El arquero argentino de Nacional, Ignacio Don, no había casi tocado una pelota cuando Ortigoza lo engañó en la dirección del remate desde los doce pasos con la cara interna del botín derecho.
Helado se quedó Nacional cuando el árbitro marcó el penal que Ramón Coronel cometió con movimiento al levantar el brazo donde rebotó un tiro de Martín Cauteruccio.
Pagó caro el error un equipo que controlaba con Julián Benitez y Orué las proyecciones ofensivas de los laterales de los Gauchos de Boedo Julio Buffarini y Emmanuel Mas, mientras que Leonardo Cáceres y Raúl Piris anulaban a los puntas de lanza Cauteruccio y Mauro Matos.
Nacional mantuvo su manejo estratégico con la posesión de la pelota en la segunda fase, sostenido por la faena de los gladiadores que recuperaban la pelota y la jugaban con velocidad hacia Bareiro, aunque adolecía de profundidad.
Bareiro tuvo a su merced a Torrico pero remató por arriba del travesaño.
No se desinflaba la intensidad de Nacional y el DT Gustavo Morínigo ensayó el cambio de Brian Montenegro por Orué para ganar más poder de fuego. Al final, se mantuvo la ventaja obtenida en el primer tiempo.
San Lorenzo es uno de los clubes más grandes de Argentina con una nutrida falange de hinchas. Rompió la sequía que duraba desde que fue el primer equipo argentino en jugar la Copa de campeones sudamericano y se quedó en las semifinales.