Puerto La Cruz esta vez no alentó

Mariann García, Puerto La Cruz. – La tristeza y desesperación de no saber si un resultado podría llevar a Venezuela al Mundial 2014 pegó en la asistencia del público al estadio José Antonio Anzoátegui, pues por primera vez se vieron las calles cercanas tan vacías y las taquillas sin multitud de vinotintos. El aliento de ese número doce no estuvo presente como fechas anteriores.

Desde tempranas horas del día las calles que se encuentran alrededor del estadio estuvieron cerradas como parte del operativo de seguridad, pero en ellas no hubo presencia de fanáticos, sólo algunas ventas de camisetas que acostumbran estar en este lugar en los partidos de Venezuela. Los accesos al José Antonio Anzoátegui estaban libres, cada quien pasaba sin hacer colas y comenzaron a ingresar a pocos horas del partido.

Sorpresa es la palabra que encajaba para el momento, en estas eliminatorias a Brasil 2014 nunca se había visto tan vacía las instalaciones del estadio, de hecho, treinta minutos antes del pitazo inicial sólo habían más de diez mil asistentes, en un recinto que tiene capacidad de 36.000 espectadores. Los aplausos que siempre se escuchaban cuando los jugadores salían al gramado, esta vez poco se sintieron, los vinotintos salieron y un eco de bulla los acompañó por un momento nada más cuando entraban en calor.

La garra y orgullo de los dirigidos por César Farías salió desde el primer minuto, y fueron ellos mismos los que al terminar el primer tiempo hicieron gestos pidiendo más apoyo y menos críticas desde la grada. La ciudad oriental quedó en deuda, el próximo cotejo pondrá a prueba la tierra del fútbol venezolano: San Cristóbal.

Más que un canto, los jugadores destacaron que les hizo falta el apoyo, pero agradecen a los que no les importa el resultado, sino la camiseta y su país.