Hernán Bahos Ruiz, EFE – Puerto Ordaz, Venezuela, 26 de marzo de 2013, estadio CTC Cachamay. Venezolanos y colombianos en el campo.
Juan Arango despacha el balón desde el carril izquierdo hasta la entrada del área, Salomón Rondón se deshace de su marcador y con un brutal remate a la escuadra más lejana de David Ospina clava el 1-0 a los 13 minutos, suficiente para Venezuela en el partido de la duodécima jornada de las eliminatorias del Mundial Brasil 2014.
Aún con las redes balanceando a su espalda, Ospina cayó fulminado al césped con las manos en alto, como dejando testimonio de la crueldad de los goleadores.
El portero colombiano ya había negado con un vistoso vuelo a los dos minutos un gol cantado al coloso delantero caraqueño, y dos minutos antes del gol su cuñado, el creativo James Rodríguez, había filtrado un pase milimétrico a Rafamel Falcao García, quien con un toque envenenado sacudió la malla externa del vertical izquierdo de Daniel Hernández.
Incluso el mismo Falcao tuvo el empate a los 78 minutos pero el vertical le escupió el balón.
Fue la última cita en torneos oficiales entre Venezuela y Colombia, una suerte de ‘enemigos íntimos’ en la región.
Y el 14 de junio, cuando estos protagonistas de la noche de Puerto Ordaz en el estadio El Teniente de la ciudad chilena de Rancagua, para dar ‘luces, cámara y acción’ al Grupo C de la Copa América, habrán pasado 810 días.
Ospina, Falcao y James no querrán volver a ser las víctimas pero Rondón y Arango emprenderán una travesía particular con la mira puesta en superar el listón el cuarto puesto que la Vinotinto alcanzó en la pasada edición de la Copa América disputada hace cuatro años en Argentina.
«Sabemos que este partido no será para nada parecido a lo que ocurrió en la eliminatoria pasada, pero trataremos de sumar los tres puntos», declaró a periodistas Rondón, el coloso delantero del Zenit ruso desde el Monasterio Celeste, sede del O’Higgins, que se ha convertido en cuartel general de la Vinotinto.
Doce jugadores de los veintitrés que paralizaron Venezuela en la Copa América del 2011 repiten, ahora bajo el mando del técnico Noel Sanvicente.
La mala noticia para Ospina, Falcao y James es que vuelven Rondón y Arango, quien jugará su sexta Copa América desde su estreno, en Paraguay’99, pero dice tener la ansiedad del novato que se alista para jugar la primera.
«Seis Copas Américas son muchas y estoy contento por poder jugar todos esos torneos. Para esta tengo muchas ansias. Estoy preparándome de la mejor manera», declaró el jugador de 35 años.
El seleccionador de Colombia, José Pekerman, ha tomado nota pero el maracayero prefiere dejar la impresión que su objetivo va más allá de ganar a sus vecinos y apunta a escribir con los pies otro capítulo de gloria en la historia en el más antiguo torneo de selecciones del mundo.
«La hicimos en la Copa América pasada, ¿por qué no podemos repetir ahora?», expresó recientemente el jugador del Tijuana mexicano.