AFP / Osaka – Atlético Nacional perdió este miércoles en la semifinal del Mundial de Clubes ante Kashima Antlers por 3-0 en un encuentro marcado por el primer gol, que llegó precedido de un penal señalado gracias al videoarbitraje.
A la media hora de juego, en un encontronazo entre Orlando Berrío y Daigo Nishi en el interior del área, el jugador japonés acabó en el suelo y el árbitro, el húngaro Viktor Kassai, consultó el video para acabar señalando un penal que anotó Shoma Doi.
«Habíamos hablado sobre la situación del videoarbitraje y lastimosamente en la acción de Orlando (Berrío) choca con el jugador fortuitamente y el rival cae al suelo», comentó el técnico Reinaldo Rueda en la conferencia de prensa posterior al partido.
Sin embargo no cree que esa decisión del penal a la media hora de juego haya sido decisiva en el resultado final. «No podemos sentenciar que nos ganó la tecnología. Hoy fuimos víctimas de esta novedad, pero con el 1-0 creímos que podríamos remontar».
Ya con el equipo colombiano lanzado en busca del empate, recibió la puntilla con goles de Yasushi Endo (83) y Yuma Suzuki (85), que acabaron así con el sueño mundialista Verdolaga.
Es la tercera vez que un club no europeo o sudamericano alcanza la final del Mundial de Clubes, tras el Mazembe congoleño en 2010 y el Raja Casablanca marroquí en 2013.
Después de unos primeros minutos de tanteo, enseguida se vio lo que proponían ambos equipo: los colombianos el juego de toque y combinación y los japoneses encerrados con dos líneas de cuatro en defensa y dejando a los dos puntas buscar la contra.
Mateus Uribe tuvo las dos primeras ocasiones de gol, un disparo desde la frontal (13) y un cabezazo tras córner (14), pero ambas fueron desbaratadas por el arquero Hitoshi Sogahata.
Kashima no se dejó abrumar y también tuvo sus chances: un disparo desviado de Yasushi Endo (14) y, la más clara, de Gaku Shibasaki, que con un quiebre de cintura atravesó la defensa Verdolaga, pero Franco Armani le ganó en el mano a mano (18).
Borja y de nuevo Mateus, los dos jugadores más activos al inicio, volvieron a llevar peligro, aunque la más clara fue un disparo de John Mosquera que se estrelló en el larguero y en el rechace remató Berrío y un defensa sacó bajo palos (24).
Pero a la media hora llegó la jugada histórica del penal pitado gracias al asistente de vídeo. «Puede ser positiva para confirmar acciones dudosas», afirmó el entrenador del Kashima, Masatada Ishii. «Sin embargo, tengo mis dudas si hay que parar el partido varias veces», matizó.
A Atlético Nacional le costó recuperarse del golpe e incluso pudo haber encajado un segundo gol, pero Armani salvó a su equipo despejando un cabezazo de Naomichi Ueda (34).
Posesión sin definición
No fue hasta el tramo final cuando Nacional buscó el gol con decisión y se sucedieron al menos cuatro ocasiones de goles, la más clara de ellas un cabezazo de Mosquera en el descuento que se estrelló en el travesaño y los colombianos se fueron en desventaja al descanso.
Al equipo de Reinaldo Rueda le costó entrar en juego en el segundo tiempo y no fue hasta la hora cuando Berrío volvió a disparar con peligro, pero de nuevo salvó Sogahata.
El Verdolaga tocaba y tocaba el balón, pero sin encontrar huecos en la defensa nipona y cuando lo hizo no lo aprovechó, como un balón que cayó al recién ingresado Cristian Dájome en el segundo palo y el joven le pegó de puntera fuera (68).
A medida que avanzaba el crono, el Verde estaba cada vez más volcado al arco rival, sin ocasiones claras, y los japoneses remataron a la contra, con los goles de Endo (83) y Sukuki (85) para acabar con el sueño mundialista de los colombianos, que deberán jugar el domingo por el tercer puesto
Es el mayor éxito hasta ahora de un club asiático en el torneo mundialista y se enfrentará en la final del domingo al Real Madrid o el América mexicano. Horas antes, el Jeonbuk Hyundai surcoreano derrotó al Mamelodi Sundowns de Sudáfrica por 4-1 en el encuentro por el quinto puesto.
Alejandro Guerra se sumó a la lista de criollos
El venezolano Alejandro Guerra ingresó al minuto 60 para así convertirse en el segundo nacido en tierras criollas en disputar el Mundial de Clubes de la FIFA, luego de Jeffrén Suárez, quien nació en Ciudad Bolívar y ganó el título en la edición 2009 con el FC Barcelona. Anterior a Jeffrén, estuvo Leopoldo Jiménez en el banco de suplenete del Once Caldas por la Copa Intercontinental 2004, torneo denominado como el Mundial antes de su extinsión.