Juan Manuel Ramírez. EFE – El apoyo de los aficionados mexicanos en Estados Unidos, el país donde más partidos juega México y prácticamente su segunda casa, será un factor fundamental para que la selección mexicana intente la captura de su primera Copa América en la edición del Centenario.
En la competición que da comienzo el día 3 de junio no habrá otra selección, ni siquiera la local, que cuente con el apoyo total de su afición tanto como la mexicana a pesar de jugar en el extranjero.
De entrada, el Tricolor tiene el llenó seguro para sus tres primeros partidos y si se mantiene en competencia ese apoyo seguirá a partir de los cuartos de final.
Con visitas constantes para choques amistosos, partidos de fechas FIFA y competiciones como la Copa Oro, México tiene en Estados Unidos un apoyo potencial de 33,7 millones de mexicanos, 11,4 nacidos en México y 22,3 que nacieron en aquella nación, y no debe desaprovecharlo para ir en busca de su primer título continental.
La Copa América, a la que México comenzó asistir en 1993, es un título que hace mucha falta en las vitrinas mexicanas en las que destaca la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y la Copa Confederaciones que ganó en 1999 en el estadio Azteca.
En la cuadragésima quinta edición del torneo de selecciones más añejo del mundo, décima para México, el Tricolor integrará el Grupo C junto con Uruguay, Venezuela y Jamaica.
El principal objetivo de México es terminar entre los tres primeros puestos y tiene antecedentes que hacen en pensar en que lo puede lograr tras las finales registradas en la ediciones de Ecuador 1993 -cayó ante Argentina en su primera Copa América- y Colombia 2001 -que perdió ante la selección local-.
A ello añade los terceros puestos logrados en Bolivia 1997, Paraguay 1999 y Venezuela 2007.
Además del aliento de sus seguidores, el Tricolor llegará por primera vez, con su primer equipo titular en las últimos tres ediciones, e intentará hacerse de su primer trofeo en la competición que por esta ocasión dejará tierras sudamericanas para celebrarse en Norteamérica.
El representativo, que entrena el colombiano Juan Carlos Osorio, pretende dejar en el olvido su actuación en las dos últimas ediciones (Argentina 2011 y Chile 2015) en las que se quedó en la primera fase y finalizó en los puestos doce y once, respectivamente.
El trabajo del estratega colombiano, quien fue señalado y cuestionado antes de llegar al banquillo del Tricolor, reportó resultados de inmediato y tiene la confianza de federativos y seguidores después de instalar a México en el primer lugar del Grupo A de la cuarta ronda de las eliminatorias de la Concacaf.
El paso del Tricolor en esta etapa es perfecto tras cuatro triunfos en igual número de partidos, lo que le dio doce puntos y a falta de dos encuentros tiene seguro su boleto al hexagonal final donde se jugará el pase a Rusia 2018.
Osorio, como lo ha hecho hasta ahora, integrará una selección con experiencia y juventud en la que destacan los jugadores que militan en equipos de Europa como Andrés Guardado y Héctor Moreno, del PSV Eindhoven holandés; Miguel Layún, Héctor Herrera y Jesús Corona, del Oporto portugués.
A ellos se unirá el delantero del Bayer Leverkusen alemán, Javier «Chicharito» Hernández, quien cumplió una destacada primera temporada en la Bundesliga y será el referente del Tricolor.
El representativo mexicano llegará a la competición invicto en diecisiete partidos, ocho con Miguel Herrera, cuatro en la cuenta del emergente brasileño Ricardo Ferretti y cinco en la era de Osorio, los últimos tres seleccionadores del Tricolor.
En un territorio que es más suyo que ajeno, al menos en el apoyo a la selección, México tiene programados sus tres partidos el 5 de junio ante Uruguay en el estadio de la Universidad Phoenix, en Phoenix, el 9 contra Jamaica en el estadio Rose Bowl de Pasadena, California y el 13 de junio ante Venezuela en el estadio NRG, de Houston.