Lucía Santiago. EFE – Desde hace cuatro años, Raphael Varane se viste la camiseta ‘bleu’ con la voluntad de desprenderse de un fuerte sentimiento de culpa. El espigado defensa de Lille se declaró responsable tras la eliminación de la selección francesa en los cuartos de final del Mundial de Brasil.
Falló en el marcaje a Mats Hummels, en la jugada que dio el pase al conjunto alemán.
El central del Real Madrid acepta ahora, con 25 años, que «aquel error» que frustró las ilusiones del equipo galo en el emblemático estadio de Maracaná forma parte de su carrera, aunque en Rusia está compitiendo con el deseo de restaurar aquella pérdida.
Lo ha logrado ya en parte, con el tanto anotado la tarde del viernes en Nizhny Novgorod ante el combinado uruguayo.
Su tercer gol -en 47 partidos como internacional con la selección absoluta de Francia- acercó al plantel que dirige Didier Deschamps a las semifinales del certamen. Antoine Griezmann, con la colaboración de Fernando Muslera, acabó de certificar el progreso de la escuadra gala hasta la penúltima ronda de un torneo en el que el fútbol francés quiere reparar su grandeza.
La vigente subcampeona de Europa ansía desquitarse en este Campeonato del Mundo de sus últimas decepciones.
Para ello se apoya, en gran medida, en el ánimo revanchista de aquellos futbolistas que creyeron merecer más en el pasado Mundial y en la pasada Eurocopa. ‘Su’ Eurocopa.
Uno de esos futbolistas es Raphael Varane, a quien el técnico Didier Deschamps reconoce «más maduro» con respecto a la última cita mundialista. «Los momentos malos son, normalmente, los que te dan un mayor aprendizaje. Él tuvo un error hace cuatro años, pero desde entonces ha ganado muchísima experiencia», remarcó.
En este tiempo, Raphael Varane capturó tres Ligas de Campeones con el Real Madrid, todas ellas de manera consecutiva, desde la final de Milán hasta la de Kiev, pasando por la de Cardiff.
También cambió su significación en el conjunto ‘bleu’. Fue capitán en el partido que cerró la fase de grupos ante la selección danesa y es, junto al centrocampista N’Golo Kanté, el único jugador que ha disputado los 450 minutos posibles en el Mundial de Rusia.
Francia sigue invicta y Raphael Varane está desempeñando un papel clave dentro de la cancha y fuera de ella. Este sábado, por ejemplo, arropó a su compañero en la zaga Samuel Umtiti tras su dubitativa actuación ante la selección uruguaya y afirmó que el carácter de Paul Pogba es necesario en un vestuario. «Él es el fuego. Yo soy el agua», bromeó en una rueda de prensa celebrada en Istra (Moscú).
Relajado tras celebrar su primer gol en competición oficial con la selección francesa -los dos anteriores los anotó en partidos amistosos ante Suecia (18 de noviembre de 2014) y Brasil (26 de marzo de 2015)-, Raphael Varane lanzó también un mensaje ilusionante para los aficionados: «Esperamos ser campeones del mundo». «Queremos dar el máximo para enorgullecer a los franceses», advirtió.
El favoritismo de la selección francesa, rival en semifinales de la escuadra de Bélgica, se asienta en el liderazgo de Antoine Griezmann, en el ímpetu de Kylian Mbappé, en la solidaridad de Olivier Giroud, en la potencia de Paul Pogba y en el equilibrio de N’Golo Kanté, pero también en la seguridad de la línea defensiva que sostiene el jugador madridista. La versión más madura de Raphael Varane soporta las ilusiones mundialistas de los ‘bleus’.