EFE – La Copa del Mundo regresó hoy a Río de Janeiro, ciudad que abandonó el pasado 12 de septiembre para un recorrido mundial y donde estará exhibida durante cuatro días antes de iniciar una gira que le llevará a recorrer las capitales de los 27 estados de Brasil.
En cada una de las ciudades que visitará, la Copa estará acompañada de salas de exposiciones en los que los visitantes podrán ver, entre otras cosas, todos los balones usados en los mundiales desde 1970, así como imágenes icónicas de la competición.
Además, en las diferentes ciudades los visitantes podrán disfrutar de atracciones deportivas, todas ellas relacionadas con el balompié, en las que podrán emular a sus ídolos lanzando a puerta o regateando al son de algunos de los pinchadiscos más populares.
Tras los tres días en los que permanecerá en la ciudad de Río de Janeiro, el trofeo iniciará una gira que le llevará a recorrer todo Brasil para que los ciudadanos que no habiten en una de las 12 ciudades que son sede del Mundial puedan disfrutar de su presencia.
Además, en cada una de las localidades que visite contará con el patrocinio de dos personalidades, una del ámbito deportivo y otro del social.
En el caso de Río de Janeiro, la Copa fue apadrinada por el tricampeón mundial y capitán del seleccionado brasileño que se alzó con el triunfo en 1970 Carlos Alberto Torres.
Al rememorar su experiencia levantando el trofeo de aquella edición, el último antes de que el actual fuese acuñado, Torres comentó que «es muy difícil transformar en palabras y describir la alegría que se siente cuando coges la Copa».
En este sentido subrayó la felicidad que los brasileños van a sentir al poder estar al lado del trofeo y recordó que cuando este fue llevado a la India pudo observar la «alegría que aquellos que se acercaron tuvieron cuando veían la Copa o estaban a su lado para hacerse una foto».
«Ahora imagina como será para un brasileño», afirmó y señaló que la alegría sería aún mayor ante «la posibilidad de que la Copa sea una vez más» para la selección del país suramericano.
El trofeo más ambicionado del fútbol mundial volvió a Brasil después de 225 días de intensos viajes en los que ha recorrido países como Fiji, Vanuatu, Tailandia, Tanzania y todos los países que alguna vez se han alzado con el trofeo.
Para su viaje, la Copa fue trasladada a bordo de un avión preparado para la ocasión y acompañado siempre por 18 personas que cuidaban en cada momento de su seguridad y mantenimiento.
La Copa, hecha en oro macizo de 18 quilates, fue elaborada para el torneo de 1974 basada en un diseño del artista italiano Silvio Gazzaniga y muestra a dos figuras humanas «sustentando el planeta tierra», según afirmó el propio diseñador.
Este galardón sustituyó a la «Copa Jules Rimet», que era usada desde la celebración del primer Mundial en 1930 hasta 1970.
Aquel trofeo, ganado en propiedad por la Confederación Brasileña de Fútbol tras alzarse con su tercer Mundial, fue robado en 1986 mientras era custodiada en Río de Janeiro.