Prensa Mineros de Guayana – Cuando Mineros de Guayana jugó la fase previa de la Copa Libertadores de 2008, contra Arsenal de Sarandí, Andrés Sampedro, Anthonys Matos y Luis Guerra, seguramente, estaban en sus hogares disfrutando de ese partido a través de la transmisión televisiva.
Siete años después, Mineros volvió al torneo de clubes más importante de Sudamérica, pero esta vez en la fase de grupos. Encajado en el Grupo 3, con Cruzerio (Brasil), Universitario de Sucre (Bolivia) y Club Atlético Huracán (Argentina), el cuadro negriazul empezó a trabajar, con la ilusión de trascender en esta competición.
Luego de analizar a cada uno de los miembros de la plantilla minerista, Marcos Mathías definió una lista con 30 jugadores, que estarán disponibles para el torneo continental. Entre los elegidos se encuentran Sampedro, Matos y Guerra, quienes ya han visto minutos en Primera División.
A pesar de sus cortas edades –Sampedro 19 años, Matos 19 años y Guerra 18 años-, Mathías confió en el talento de cada uno de ellos y los incluyó en la primera convocatoria, para enfrentar a Huracán, esta noche (5:30 pm en Venezuela) en el estadio Tomás Adolfo Ducó, de Buenos Aires.
Un sueño hecho realidad
Ya en tierras argentinas, el trío de jugadores empezó a ponerse a tono de cara al duelo copero, a la espera de entrar en la lista definitiva que estará en el campo de juego –viajaron 20 jugadores-.
Si hay algo en lo que coincidieron los jóvenes mineristas, es que esto es un sueño hecho realidad, que lograron a base de esfuerzo y dedicación durante todo el tiempo que tienen jugando fútbol.
“Llegó el momento que todo jugador espera. Esta vez nos tocó a nosotros y debemos aprovecharlo al cien por ciento. Esto es un sueño hecho realidad. Cuando nos toque jugar, vamos a dar lo mejor, para ayudar al equipo”, dijo Sampedro.
“Desde pequeño soñaba con estar en una Copa Libertadores. Todo esto es gracias al trabajo y sacrificio que realizamos cada día para mejorar y hoy estamos recogiendo los frutos”, apuntó Matos, mientras que para Guerra “es lo mejor que le puede pasar a un futbolista porque en la Copa Libertadores puedes mostrar tu talento, para que te vean no solo en tu país”.
Mathías confía en ellos
A veces no es necesario tener una vasta experiencia para ser tomando en cuenta por un entrenador. Una de las cosas que vio Mathías en estos jugadores, es que cada vez que entran al campo, cumplen a cabalidad con las exigencias. Por eso están en Buenos Aires.
“Marcos (Mathías) nos considera maduros y capacitados para estar en la Copa Libertadores. Creo que es por la constancia, la lucha en cada partido, pero sobre todo por el amor a Mineros de Guayana, que es lo que siempre nos motiva”, expresó Sampedro.
“La clave está en que he sabido aprovechar cada minuto dentro de la cancha. También se debe a la constancia en cada entreno porque esa es una de las cosas que ve el ‘profe’ diariamente”, recalcó Guerra.
Apoyo vital
En todas las etapas de la vida, el apoyo familiar es fundamental para conseguir resultados positivos, y en el fútbol no es la excepción. Viajes constantes y entrenamientos a doble turno, son algunas de las cosas con las que debe lidiar un futbolista, que pasa más tiempo con sus compañeros de equipo, que con sus seres queridos.
“Ese es el apoyo principal, el de la familia. Uno hace todo esto por ellos, para que se sientan orgullosos. Nos sacrificamos con viajes, no vemos mucho a nuestros seres queridos, pero es parte de nuestro trabajo”, soltó Sampedro, al tiempo que Guerra concluyó que “la familia es la motivación principal. Mis padres siempre han estado conmigo, apoyándome, porque saben que, poco a poco, voy a lograr lo que quiero”.
Esto apenas comienza
Entrar en la lista de 30 seleccionados, fue el primer paso en este sueño. Ser incluidos en la primera convocatoria, le siguió. Pero ver minutos en la Copa Libertadores, será el broche de oro para Sampedro, Matos y Guerra, quienes la última vez que Mineros participó en una Libertadores, no tenían ni siquiera idea de que podían estar en el primer equipo negriazul. Quedará de su parte mantenerse en lo más alto porque esto apenas comienza.