EFE – La selección nacional de fútbol de Panamá llega a la Copa América Centenario con «mucha ilusión», pero consciente de que no va a ser un torneo «fácil» porque le ha tocado jugar en uno de los grupos más reñidos y peliagudos, reconoce a Efe el entrenador nacional, el colombiano Hernán Darío Gómez.
«Vamos a tratar de llegar lo más lejos que podamos, aunque nos vamos a enfrentar a los dos equipos más importantes del continente en este momento, Chile y Argentina», dice el colombiano, a quien todo el mundo conoce como «Bolillo» Gómez.
La edición especial por el centenario de la principal competición entre las selecciones de América del Sur está organizada por la Confederación Norte, Centroamérica y el Caribe de Fútbol (Concacaf) y la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) y se celebrará en distintas ciudades de Estados Unidos del 3 al 26 de junio.
La Copa Centenario será el primer torneo netamente continental desde el Campeonato Panamericano de Fútbol de 1960. Panamá, el país con el fútbol «más joven y con menos historia del continente», en palabras del técnico, competirá en el grupo D (Argentina, Chile y Bolivia) y debutará el 6 de junio contra el país andino.
«Cuando se juega con equipos tan grandes, hay cuatro resultados: empate, ganás, perdés o te golean hasta la médula. Para nosotros un triunfo es hacer un papel digno y sostener el estilo, es que el equipo muestre que ha avanzado», admite el entrenador.
Para ello, «Bolillo» trabajará durante los entrenamientos, que empezarán a principios de mayo, la distribución en la cancha, la defensa en línea y las triangulaciones y paredes.
«La combinación de jugadores con experiencia con otros que son más jóvenes le da personalidad al equipo y también esperanza. Panamá tiene mucho del fútbol caribeño», explica el seleccionador, que llegó a Panamá en el año 2014 tras dirigir al Independiente de Medellín y al equipo nacional de su país.
El fútbol del Caribe es «potente, rápido, fuerte, anárquico, espontáneo y difícil de interpretar como técnico», a diferencia del juego sudamericano que es menos agresivo y más centrado en la táctica, indica el colombiano.
«Costa Rica es la selección centroamericana que más se está acercando al fútbol de América del Sur, aunque Panamá le está dando cada vez más importancia a la táctica», apunta «Bolillo» Gómez, que se define a sí mismo como una persona «empática, alegre, tolerante pero con mano dura y sentido común».
La mala relación que mantiene con la prensa panameña es un secreto a voces. Nunca se ha sentido querido y cree que el periodismo deportivo está demasiado impregnado de sensacionalismo. «Hay periodistas que se dedican a ver lo malo porque saben que vende más», reconoce el técnico.
«Pero – añade – yo ya tengo mucho cuero, soy ciego, sordo y mudo, como dice Shakira».
Lo único que verdaderamente le importa es que «maltraten» a sus jugadores y les insulten, sobre todo, teniendo en cuenta que en otros países los futbolistas son «héroes, ídolos y ejemplos».
«Me duele que les traten así porque ellos tienen un amor enorme por su país y por su camiseta. Me habían vendido otra cosa de ellos cuando vine y me he dado cuenta de que son todo lo contrario. Son sanos, padres de familia, trabajadores y muy profesionales», comenta.
Con la afición, sin embargo, no tiene ninguna queja y siente su respaldo «gane o pierda». Desde su punto de vista, el fútbol ha ido ganando fuerza y espacio en el país centroamericano y la sociedad panameña está pidiendo a gritos «un triunfo».
Por eso, va a trabajar duro para intentar que Panamá se clasifique para el Mundial Rusia 2018 y poder quedarse más años en este país «de gente amable y sencilla».
«Si Panamá no clasifica para el mundial, me tengo que ir. Es lo lógico, aunque me apetece quedarme mucho», reconoce.