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Miguel Vallenilla – Cuenta la leyenda que en San Felix, Estado Bolívar, nació el técnico más ganador de Venezuela… De esta manera iniciará en un futuro lejano la historia de Noel Sanvicente, estratega que vive el día a día con la mente puesta en el trabajo inalcanzable, en el análisis de los juegos, en perfilar al jugador, y en hacerles creer a sus discípulos que todo es posible.
No es más que un hombre que se despierta lo más temprano que la mayoría, y es el último en retirarse. Accionando los aspersores de la cancha de Tavacare, se asegura que se encuentre en perfectas condiciones, pues allí se están formando el presente y futuro de cada jugador que hace vida en Barinas. En sus ojos consigue el sueño de un nuevo atleta, algunos de ellos obstaculizados, y él se encarga de mostrarle el camino para hacerlo real.
En sus manos ha formado gran cantidad de protagonistas que han hecho brillar al fútbol venezolano tanto dentro como fuera de nuestras fronteras. Y entre sueño y sueño, él también guarda profundamente un lugar que late por La Vinotinto. El momento llegará. Nadie sabe cómo y cuándo, pero sería casi que una maldad pensar que el hoy siete veces campeón de Venezuela no pueda alcanzarlo. Digamos entonces, que el momento le llegará, y como él ha compartido: “el de arriba todo lo mira”.
Hoy, el nuevamente campeón, sonríe una vez más junto a su familia, esa sonrisa que se ha colmado en cada rincón de Barinas, como él mismo ha dominado, los llanos se hacen sentir. Es la segunda estrella. Lo creyó, lo luchó, sus jugadores creyeron, lo lucharon, y hoy la vuelta han podido dar. A continuación, los secretos de Sanvicente detrás de su séptimo título junto a GradaDigital. No hay metas inalcanzables, si logros qué buscar.
¿Es el título más sufrido y a la vez el más especial?
Dicen por ahí que nadie es profeta en su tierra. Un Guayanés se lleva un título ante su gente. Por primera vez estuvo toda mi familia. Desde el sobrino, el primo, el nieto, mamá, abuelo, tío, amistades, y mi esposa y mis dos hijos. Cuñados, el suegro la suegra. Por primera vez pasa estoy y por esa razón este título me es tan especial y me es tan importante. Estar ante mi gente.
Además …
Por primera vez mi hijo lo está viviendo totalmente diferente. Está jugando fútbol, lo hace muy bien, le va bien en los estudios. Y me dijo “papá llévate esto (licras con los que juega) que te va a dar suerte para que seas campeón”, así que estoy contento por vivirlo con Noel Alejandro, y toda la familia que fue a apoyarme.
¿Por qué el Zamora sufrió tanto?
Mérito al rival que no nos dejó, y creo que el árbitro (Juan Soto) dejó pegar demasiado. Ellos impusieron su jerarquía, su veteranía, su experiencia, y que las cosas se nos estaban escapando por no tener tampoco la contundencia de parte del arbitraje. El rival jugó, mantuvo la pelota, la posesión, pero lo importante era dar la vuelta y pudimos conseguirlo.
El proyecto le está dando frutos
Tuve la oportunidad de ir a Táchira por más dinero, y me quedé con un equipo modesto que aceptó un proyecto, y ese proyecto le acaba de dar dos estrellas y dos Torneos Clausuras. Quiere decir que las cosas se hacen por buen camino, y que el mayor logro que podemos hacer es crear infraestructura
¿Cuál fue la clave para alcanzar el título?
Se impuso el localista, el que sacó más ventaja de local. Tenía que salir un vencedor y salimos nosotros. Se impuso un equipo ante uno de mucha jerarquía, con muy buenos jugadores, y que económicamente nos sobrepasa de aquí a Barinas.
Antes del encuentro, ¿qué se pensaba?
Una final son 180 minutos. Teníamos una ventaja donde sabíamos que íbamos a vivir un partido distinto, donde tienen una gran cantidad de partidos seguidos ganando, invictos. Había que tener serenidad, trabajar el partido, buscar las cosas que teníamos para tratar de hacer una buena presentación.
Fue clave el juego en Barinas
La idea era ganar, mantener el arco en cero. Se ganó y con una cantidad abultada que no se esperaba. En una final es raro que se dé una cantidad de goles así. Estábamos conscientes que ahí empezó pero no terminaba en Barinas.
Y antes, el agónico triunfo ante el Zulia para lograr el Clausura
En el fútbol dos más dos no son cuatro. Imagina, el partido que supuestamente estaba más fácil vino siendo el más difícil. Y el que vino siendo más difícil fue el más fácil en resultado (ida de la final). Nunca dejamos de creer en nosotros. Ese gol de Falcón es muestra de que somos un equipo que da todo hasta último momento.
¿Por qué alcanzaron disputar la final?
Hay que estar conscientes de que llegamos por mérito a esa fiesta, a la final. Que había que vivirlo trabajando, sin hacer nada distinto. Concentrado, sin dejarse llevar por lo que dice la gente. Fue un año de trabajo. La idea era entrar en una Copa internacional, sabiendo que jugábamos una Copa Libertadores e iba a ser difícil con el desgaste que el equipo tenía. Se llegó dependiendo de nosotros, ante un rival que poco tenía que perder, sí muchísimo que ganar, y que se dio hasta última hora por la misma ansiedad.
¿Siente que llegó con mayor madurez tras la cantidad de finales que ya había disputado?
Uno va adquiriendo esa madurez y a lo mejor lo vive de una manera distinta. Pero quienes están metidos en esto saben que quienes están empezando tienen mucha ansiedad, y con la experiencia que uno tiene se trata de manejar y aportar (a los jugadores).
Muchos hablaron del episodio en el Clausura entre Richard Páez y usted. ¿Qué pudieron expresarse en ese afectuoso saludo en el encuentro de ida?
Siempre he tenido respeto y admiración por Richard. El saludo que me mostró fue con mucha sinceridad. Para mi es el técnico que nos abrió el camino a los entrenadores venezolanos. Antes dirigían muchos extranjeros y llegó a la selección y nos sembró la semilla de que nos importara la Vinotinto, y las cosas que pasaron, ya es pasado. Aquello fue por intensidad del juego, y si a mí me pidieran un voto para saber quién debe agarrar a la selección, sin pensarlo dos veces mi nombre sería Richard Páez. Estoy seguro que lo de él fue con mucho cariño. Uno siente cuando una persona te va a abrazar o hablar, y lo que él me dijo fueron palabras muy bonitas, e igualmente yo hacia él.
Como ha cambiado el Zamora, de un equipo poco conocido, a ser admirado
La idea era llenar un estadio. Lo hicimos en los primeros dos semestres. Esta vez volvimos a hacerlo, es un equipo que va en crecimiento. El barinés se está entusiasmando. Tengo la experiencia de que años atrás muchos no querían ir al estadio por todas las cosas que pasaban, pero que ven que las cosas van por buen camino, y la gente se anota con los ganadores.
Además se ha ganado un importante aprecio de la afición
En todos los partidos de local, y de visitante me lo hacen saber. La gente me tiene un respeto y cariño hacia mi persona y al equipo. No ha sido solo por jugar la final, sino toda la temporada. Es bonito cuando tienes un respaldo y confianza de la gente que te acompaña.
Año tras año cuando gana una estrella, se le consulta si es su tope
No sé si estoy en mi tope. Solo sé que trabajo para alcanzar los resultados. El trabajo te da la seguridad de que hiciste las cosas bien, que los muchachos tienen las herramientas para jugar.
¿Pudo haber temor en los jugadores en este encuentro tan decisivo?
Creo que el deportista no tiene miedo, y sí ansiedad. Cuando uno entra a la cancha se te olvida todo. Tengo un grupo de trabajo que hace las cosas bien. Hablo del utilero hasta el Presidente del equipo. Y cuando un grupo está bien, hay mucha probabilidad de que las cosas salgan como uno lo piensa.
Otra vez el Zamora debió cerrar una final de visitante
El destino quiso que Zamora cerrara de visitante, y para ser campeón se necesita sacar el resultado afuera y adentro.
¿Se puede sacar “ventaja” cuando en Mineros de Guayana habían jugadores que pasaron por sus manos?
Así dirán ellos, que podían conocerme o saber cómo pienso yo. Creo que es relativo. Lo que no cambia es que tengo mucha amistad con muchos de ellos, que nos brindamos muchísimas alegrías, que fueron excelentes profesionales y me siento orgulloso de verlos del otro lado haciendo cosas por nuestro fútbol, y que esa amistad seguirá.
La mentalidad del jugador del Zamora es una mentalidad ganadora
Fuimos a cambiarle la mentalidad. El “no se puede” por “sí”. Que sean gerentes de su cuerpo, que se sientan profesionales. Que para ellos crecer, necesita crecer la directiva, porque ellos deben tener una estabilidad para que solo puedan pensar y visualizar el fútbol.
¿En qué han cambiado?
Tengo un grupo que piensa diferente. A lo mejor no al cien por ciento, pero que sí piensa diferente, y que uno debe aprovechar esta carrera corta. De sacar a su familia hacia adelante, y ganando se consiguen buenos contratos, vienen cosas importantes que te dan un status diferente.
¿Cuál es la clave que deben seguir sus jugadores?
Se debe tener mucho sacrificio, mucha humildad. Que el trabajo del día a día te lleva algo para tu casa. El Pedro de hoy es distinto al que yo conocía antes. El Falcón, el Vargas, el Murillo. Hablamos de jugadores que estaban en un equipo que peleaba en la mitad de tabla y que hoy son competitivos. Hoy en día ellos pueden decir que pelean por premios, que obtienen premios por partidos y metas alcanzadas.
¿Y esa profesionalización se basa en qué?
El fútbol también es dinero. Muchos dirán que no es así, pero mientras más ganas, consigues mayores cosas. Uno juega para divertirse, pero ellos eligieron una profesión, y en esta profesión mientras más ganes, mayor importancia tendrás para otros equipos, te harán mejores contratos, obtendrás mejores premios. Y detrás de eso hay muchas cositas que te hacen crecer.
Finalizado el torneo, con el título en sus manos ¿qué se dice ahora?
Que disfruten de sus vacaciones. No era lo mismo ir de vacaciones con una sonrisa que una con tristeza. La idea es seguir creciendo y seguir trabajando. Viene lo más importante del año que no son los partidos, sino la pretemporada. Hay que tratar de hacer una buena base para lo que viene. Ellos pueden hacer lo que no hicieron, pero deben ser profesionales, que disfruten con sus familias sin hacer lo contrario a un profesional y con las baterías recargadas para trabajar duro. Es la clave.
¿La cancha de Tavacare es la joya de Sanvicente?
Puede ser. Cuando llegué no estaba en buenas condiciones. Estaba muy dura. Mandé a arreglar algunas cosas. El corazón del Tavacare es el riego, y que cuando no estoy yo, tiene que estar varias personas encargadas. Contraté a un señor para que esté pendiente. Dicen que es la niña de mis ojos porque estoy pendiente que sea una buena cancha. Eso hace que el jugador se sienta en mejores condiciones para trabajar. Lo bonito es que ya no es solo “Chita”, sino que todos se comprometen en cuidarla.
Ya son siete estrellas como director técnico. ¿Qué más debe convencer Sanvicente para ser llamado a la Selección?
Hoy me veo muy lejos de la selección, porque ir a la selección significa que ellos se adapten a mí, no que yo me adapte a ellos.
¿Le entristece algo sobre el tema de la Selección?
Han hablado con gente que están a ocho, nueve horas en avión, y yo que estoy a cuarenta y cinco minutos, ni una mirada. Quiere decir que no estoy en sus planes. El día de mañana cuando me toque ir, voy a hacerlo orgullosamente.
¿Esta séptima estrella cómo la percibe?
Puedo decir que en el Caracas se creció con un grupo de aficionados que eran muy pocos y después tuvimos la cantidad de llenar un estadio, pudo haber sido mi tope por las cosas que se lograron, así que lo veo como etapas diferentes. Todo tiene un significativo importante para mi vida estando en el fútbol. Me caso con las ideas del cuerpo técnico porque no es solo “Chita”.
Ahora debe lidiar con la reestructuración del plantel
Cada vez las cosas se ponen más difíciles. Ya se nos fue “Gaby” Torres, y ahora se nos van jugadores que tenían cuatro semestres con nosotros, pero eso es lo bonito, que tendrán oportunidades otros.
¿Eso cómo lo toma el plantel?
El grupo para mí no tiene techo. Hoy los jugadores ven como un espejo la salida de varios jugadores. De eso se trata.
Qué difícil debió haber sido los días para Juan Falcón, que a pesar de todo, se mostró fortalecido. ¿Cómo percibió lo que ocurrió?
El fútbol es bonito porque siempre hay algo para analizar. Yo lo analizo desde este punto. Uno a cero, no se han sacado el golpe del gol, seguimos presionando, el que le da la pelota a Romo no tiene donde tocarla porque los posibles receptores están marcados, en un estadio full, se encuentra a pocos metros presionando Falcón, el gesto de Romo es “para, para, para”, es lo que dice Falcón y lo que se ve, el árbitro dice “juegue”, y él piensa que le roba la pelota. Yo digo que la pelota la tenían ellos, porque estando desgarrado Romo con la experiencia que tiene, debía tirarse antes, o tirarse antes de que le tiraran la pelota. Y la idea era que cada vez que Romo tuviera la pelota, había que estar un jugador presionándolo.
El mayor apoyo a su jugador “once”
Sé que Falcon es una persona muy noble, que nunca va a buscar sacar ventaja, y que otros quieran decir otra cosa, bueno… yo hablo por el mío. Lo veo como entrenador, ellos estaban atontados y había que presionarlos con pocos metros, un estadio lleno. ¿Por qué se la lanza el defensor?
¿Cayó mal el trato que recibió su jugador?
Hay gente que opina sin analizar, sino con maldad. Otros lo analizan con bien, y ya está hecho. Sé que es difícil como lo tomen, Falcón se sintió muy triste, pero había que pasar la página para la vuelta.
El técnico más ganador descansa ahora con la mente puesta en el siguiente torneo, junto a su sueño Vinotinto. Y el secreto de sus éxitos parece más sencillo de lo pensado: trabajo.
