Manuel Pérez Bella, EFE – El fantasma de la dolorosa derrota por 7-1 ante Alemania, que ha acompañado a Brasil en todos sus pasos desde las semifinales del Mundial de 2014, se volvió hoy aún más presente en la llegada de la selección a la Copa América de Chile.
Sea una ironía o un capricho del destino, la selección brasileña se aloja desde hoy en Temuco, ciudad a las puertas de la Patagonia colonizada en parte por alemanes, lo que contribuye a alimentar el infausto recuerdo de su eliminación del Mundial del que fueron anfitriones.
El hotel que eligió la Canarinha para su estancia en Temuco se ubica precisamente en la calle Alemania, una de las principales vías de la ciudad y que atraviesa el antiguo barrio germánico.
Los nombres teutones designan numerosas calles de esta ciudad fundada a finales del siglo XIX, que alberga un colegio, un club y una clínica de Alemania, así como un consulado de ese país y varias iglesias luteranas, algo raro en un país de amplia mayoría católica.
Las casas de madera, de planta baja y tejados de dos aguas inclinados, también remiten a la arquitectura del país europeo, que aportó gran parte de los colonizadores de esta región, dominada hasta hace siglo y medio por los indios mapuches, que ahora luchan por recuperar sus tierras.
El clima frío y húmedo y los bosques de coníferas que rodean Temuco -y que sirven para alimentar las estufas de leña cuyo olor impregna toda la ciudad- también recordarán a más de uno al país de Thomas Müller y Toni Kroos.
El propio estadio de Temuco tiene nombre de origen alemán, el del exalcalde Germán Becker Bäechler, quien en 1962 ordenó la construcción del recinto deportivo, que fue realizada con mano de obra de presos de una cárcel local.
En ese estadio, que se puede divisar desde las habitaciones del hotel Dreams Araucanía, donde Neymar y compañía duermen a partir de hoy, Brasil debutará en la Copa América ante Perú el próximo domingo.
Aunque varios jugadores de la selección han intentado pasar página, alejarse del episodio más humillante para la pentacampeona del mundo, es indudable que la simple mención de Alemania desvela a los brasileños.
El propio Thiago Silva, el capitán de Brasil durante el Mundial de 2014, llegó a admitir que la derrota contra Alemania es una «mancha» perenne en el currículo de la Canarinha y no se olvidaría aunque Brasil consiguiera ganar la Copa América.
En la práctica, sólo ocho jugadores de la actual selección brasileña repiten del Mundial y sufrieron la derrota contra Alemania en la propia piel y sólo tres de ellos -David Luiz, Fernandinho y Willian- entraron al campo en el fatídico «Mineirazo».
Al renovado Brasil de Dunga le toca tratar de atenuar la memoria del 7-1, pero para ello tendrán que comenzar su ardua labor a partir de una de las ciudades más alemanas de Chile.