EFE – Como cualquier joven de su edad, Deyna Castellanos (Maracay, 1999) ha hecho de Instagram su ventana al mundo. En esa red social sigue a cantantes, como Daddy Yankee o Karol G. A modelos, como Vanesa Lorenzo o Cara Delevingne. Y a futbolistas, como Leo Messi, Cristiano Ronaldo o Neymar Jr.
Se da la particularidad de que la venezolana es también archiconocida. Tiene 1.3 millones de seguidores, lo que la sitúa entre las jugadoras más admiradas del mundo; por encima incluso de iconos de la selección de Estados Unidos, como Kelley O’Hara o Carli Lloyd.
«No es algo que elegí», reflexiona en una entrevista concedida a la Agencia EFE, «pero no lo puedo cambiar». «Estoy tranquila, lo disfruto y vivo el día a día», abunda.
Recién llegada al Atlético de Madrid, la venezolana se ha convertido en apenas veinte días en uno de los rostros más reconocibles del equipo. La piden los medios, los patrocinadores y la afición, mientras ella reclama tiempo para adaptarse a su nueva vida.
Ocurre que ella siempre desafió al reloj. Deyna Castellanos es una estrella adelantada a su edad. Goleadora récord en Mundiales Sub-17, en los Campeonatos Sudamericanos de la categoría o en los Juegos Olímpicos de la Juventud. Con 18 años fue finalista a los premios The Best y Puskas de la FIFA.
Ahora, con 20, empieza a cumplir «un sueño que tenía desde chiquita», «poder ser profesional y poder jugar en un club grande». «Poder representar a mi país en el Atleti es un orgullo muy grande», subraya la nueva futbolista rojiblanca.
«Estoy muy contenta, la verdad, de haber elegido este club», continúa.
El pasado 2 de enero dio por comenzaba su primera experiencia en la elite del fútbol. Confiesa que conserva «la misma pasión, las mismas ganas de querer brillar y las mismas ganas de querer crecer» de sus comienzos, aunque el escenario ahora es mucho más exigente.
«Acá es un ritmo más rápido, más técnico y más físico», se arranca para enumerar las diferencias con respecto a su etapa universitaria, en Florida (Estados Unidos). «El frío y el horario», bromea, dificultan asimismo la adaptación de Deyna Castellanos a su nueva vida en Madrid.
En lo deportivo, sin embargo, se propone «tener minutos, hacer goles y crear buenas relaciones» con sus nuevas compañeras.
«Todos tenemos que demostrar cosas, el club y las jugadoras. Individualmente, todas tenemos que demostrar cosas. Yo quiero demostrar que sí puedo estar al nivel de mis compañeras y aportar al equipo», señala convencida de haber dado el salto a Europa en el momento idóneo.
«He tenido un proceso bastante bueno, que me ha ayudado a crecer. Estar en Florida, estar con la selección y estar ahora acá me va a hacer una jugadora más completa y mucho mejor», sentencia la vinotinto.