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Miguel Vallenilla – Pasan los días, pasan los meses, y han pasado casi siete años desde que Rafael Esquivel hablara por última vez con Noel Sanvicente. Al menos así lo da a entender el máximo dirigente del fútbol venezolano al referirse a que la conversación que estableció con el hoy entrenador del Zamora FC, fue “en aquel tiempo”.
Sin duda alguna, y más allá de la cordialidad que ha mostrado Esquivel por reconocer el trabajo de Sanvicente, deja pistas, conscientes o inconscientes, de que el estratega guayanés no es de su interés en lo más mínimo. Es cierto, Esquivel no tiene el cien por ciento de la obligación sobre la determinación del futuro seleccionador Vinotinto, pero es bastante conocido que su voz tiene más peso que cualquier otro actor encargado de la escogencia.
A Manuel Plasencia lo llamaron para ponerle al tanto de que estaba en planes para que se hiciera cargo de la selección como estratega interino. El mismo Presidente ha manifestado que ha hecho conversaciones con candidatos extranjeros. ¿Qué queda más cerca? ¿Está Barinas más lejos que Argentina, Costa Rica, Colombia o Paraguay?. A todas estas, a modo de humor, el saldo parece no ser suficiente para una llamada telefónica.
Se debe dejar claro un punto. Comunicarse con un entrenador no es igual a que ese será el elegido. Comunicarse con un entrenador es conocer su plan de trabajo, cómo se encuentran sus ideas luego de varios años, manifestarle que es uno de los candidatos. El reconocimiento no rebaja a nadie.
El Presidente ha pedido paciencia, esa misma paciencia que ha ido caminando durante ya 27 años. Sin duda todo evolucionó. Lo que antes no era exigido, hoy sí. Lo que antes era utópico, hoy se cree, pero para realmente pensar en creer, hace falta una base de planificación, estrategias y orden, esa misma que Esquivel ha asegurado que no se ha perdido, pues el tiempo sin entrenador no estaría pasando factura.
Hoy, Juan Arango dejó el fútbol alemán y no sabe si volverá a la selección. Tomás Rincón, pieza vital, se encuentra sin equipo. Varios legionarios más se encuentran sin actividad, y un torneo local manchado por el mal orden del mismo, decisiones polémicas y tardías, y tal parece que el futuro seleccionador Vinotinto no tiene la obligación de preocuparse por estas situaciones.
