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SAO PAULO, 9 jul (Reuters) – Los futbolistas argentinos dijeron el miércoles que aún no asimilaban el hecho de haber conseguido el pasaje a la final de la Copa del Mundo, un logro buscado desde 1990 y que los deja a las puertas de su tercer título mundial.
La selección «albiceleste» venció en la tanda de penales por 4-2 a Holanda, tras 120 minutos de un empate a cero en un partido sin muchos sobresaltos, y el domingo se medirá a Alemania en el legendario estadio de Maracaná de Río de Janeiro, la tercera definición entre ambos en las últimas ocho ediciones de la Copa.
«Es algo increíble, todavía no nos damos cuenta de lo que hicimos, de dónde estamos. Pero tenemos que disfrutar porque lo merecemos, porque este grupo lo merece», dijo el defensor Ezequiel Garay a periodistas tras el partido.
«Cuando convirtió el gol Maxi (Rodríguez, el último penal) nos mirábamos y no lo podíamos creer. Es la recompensa al trabajo, al sacrificio, a querer siempre superarnos», destacó por su parte el mediocampista Lucas Biglia.
Pese a que llegó como uno de los favoritos, Argentina tuvo problemas con su desempeño y por momentos dependió de su estrella Lionel Messi para avanzar en el torneo.
Sin embargo, fue afianzándose en los últimos partidos, especialmente en lo táctico, y el miércoles frenó a «la Naranja Mecánica», que se había lucido en la fase de grupos con varias goleadas pero cuyos veloces delanteros Arjen Robben y Robin van Persie no pudieron repetir contra los sudamericanos.
«Yo no caigo (no lo creo) (…) estar ahora a un partido de hacer algo histórico, creo que no encontramos la dimensión o yo particularmente no encuentro la dimensión de lo que estoy viviendo», dijo el mediocampista Enzo Pérez, uno de los hombres más destacados de Argentina en miércoles.
«Estamos muy contentos, emocionados de que se nos dio esta final, trabajamos tres años por esto. Sabíamos que iba a ser muy difícil, pero tratamos mucho y al final se nos dio», coincidió el lateral Marcos Rojo.
La final del domingo es la tercera entre ambas selecciones, con un título por lado. La última vez que Argentina llegó a una definición, en el Mundial de Italia 1990, fue Alemania la que se quedó con la Copa tras imponerse por 1-0.
«Alemania es un rival durísimo, pero Argentina también lo es. Y además en una final puede pasar cualquier cosa. Creo que es el sueño de todo niño argentino (…) jugar un Mundial, llegar a la final», dijo el delantero Ezequiel Lavezzi.
Alemania arrolló el martes 7-1 al anfitrión Brasil.
«El domingo hay que entrar a la cancha y dejar la vida», sostuvo Rojo.
