Futbolred, Medellín – Después de 21 años, Atlético Nacional volverá a disputar la gran final de la Copa Libertadores, esta vez contra Independiente del Valle, de Ecuador. En 1995, los ‘verdolagas’ cayeron contra Gremio, de Brasil, en la definición.
Ahora, de la mano de Reinaldo Rueda, integrantes de la institución e hinchas se ilusionan con volver a ser campeones y que se escriba otra página ganadora en la historia del club.
En 1989, cuando el club alcanzó la gloria, al equipo antioqueño lo integraron jugadores colombianos. En esta ocasión, el argentino Franco Armani y el venezolano Alejandro Guerra hacen parte del grupo.
Cada vez que actúa, el volante demuestra su gran talento. 30 minutos le bastaron contra Sao Paulo, en Brasil, para influir en el rendimiento colectivo de los antioqueños.
En diálogo con los medios de comunicación, el mediocampista, de 31 años, habló de cómo afrontar la doble confrontación contra Independiente del Valle.
Antes de la final afirmó que le gustaría enfrentar a Boca Juniors, ¿qué piensa ahora?
“Lo dije porque no he tenido el privilegio de jugar en La Bombonera y hacerlo en esta instancia era un sueño por todo lo que genera ese estadio. No se dio, pero Independiente del Valle avanzó por sus propios méritos y tiene un grupo conformado hace mucho tiempo”
¿Será una serie entre un Nacional muy técnico y un Independiente muy aguerrido?
“Podría darse así. Ellos son muy dinámicos y te aprietan, no dejan jugar fácil. Vamos a tratar de tener circulación de balón, movilidad y ser contundentes a la hora de atacar. Seguramente ellos nos han estudiado y nosotros tenemos que buscar las armas para hacerles daño, asociándonos, estando cortos y no permitiendo que el encuentro se haga de ida y vuelta, porque no nos conviene”.
¿Qué siente al ser venezolano y estar a la puerta del título?
“En lo personal, uno trata de jugar para llegar a estas instancias; somos privilegiados de poder disputar la final. Esperemos que la ganemos, porque de nada sirve llegar y dejarla pasar. En 1989, Nacional levantó la Copa sin extranjeros y ahora yo soy afortunado por estar acá. Cada vez que duermo, sueño con eso: hay que visualizarnos y tener los pies en la tierra”.
¿Cómo manejar la altura en Quito?
“Hay que saber jugar con eso. Tenemos futbolistas con mucha experiencia y hay que mostrarla en el terreno. La cancha (del Olímpico de Atahualpa) es esponjosa y te quita pierna, a eso se le suma la altura. Hay que leer muy bien el partido, sorprenderlos tocando y pasando, hacer que se desgasten ellos”.
¿La llegada de Ezequiel Rescaldani y Miguel Borja les facilita el trabajo a los volantes?
“Los dos están derechos con el gol y hay que aprovecharlos en la final y en la Liga. Cubren muy bien el balón. Queremos hacerlos sentir como si estuvieran en el grupo hace años, porque son muy importantes”.
Muchos dan a Nacional como favorito, ¿cómo manejar ese rótulo?
“En la final no hay favoritos: si estamos ahí es por algo, porque hicimos méritos los dos equipos. A medida que fue pasando la Copa y por cómo veníamos jugando, decían que teníamos que quedar campeones y nosotros no lo sentimos así, ya que cada partido es más difícil. El favorito va a ser el que levante la Libertadores, esperemos que seamos nosotros; el grupo está muy motivado, contento y sereno. Seguramente va a ser una final muy disputada”.