Miguel Vallenilla. – No es un secreto que el Caracas FC se ha caracterizado por ser un referente en el país como una de las más importantes instituciones en formar jóvenes talentos. Estos mismos chamos, no se imaginarían que un 23 de febrero, muchos de ellos, tendrían la responsabilidad de ganar tres puntos para dejar al primer equipo en la cima del campeonato. Todo empezó desde El Paraíso.
Es bien sabido que la actual situación del país, más una serie de acontecimientos conocidos, hizo que una improvisada norma por parte de la FVF saliera a relucir precisamente para la séptima jornada: todos los clubes podrían usar sus juveniles en sustitución de los profesionales. Gran parte de los chamos que conforman las inferiores del equipo «Rojo» ya se encontraban a la espera en la Casa Club en El Paraíso, muy cerca de la Plaza Madariaga, donde viven entre compañeros sus sueños por el fútbol.
La mayoría de los jugadores sabían de antemano que posiblemente jugarían una jornada de Primera División. «La verdad es que nos llamaron y en una calle esperamos un autobús que nos trajo al Olímpico», comentó Ronaldo Peña muy lejos de una conversación periodística. Él y la mayoría de sus compañeros, vestían de civil una vez que abandonaban los camerinos tras cosechar un importante 4-1.
Por otra parte, Eduardo Saragó se acercó al Olímpico también de civil, directamente desde su hogar. «Yo vine con toda la intención de no estar, al menos que me lo pidieran los capitanes del equipo así como ellos me dijeron». Eran las 3:30 pm y todavía no se había definido el plantel de la tarde. Rápidamente el bus recogió a los chamos, y se hicieron presentes en el recinto deportivo. «Sería irresponsable darle juicio a algo que hayan hecho. Yo intervine lo menos posible. Yo no tengo ningún mérito en la victoria». El Director Técnico fue enfático en que los jóvenes fueron los únicos artífices de su propio triunfo. «Esto lo manejaron los jugadores, lo que pasa es que alguien tenía que pararse ahí. Ellos decían lo que tenían que hacer».
Jefre Vargas, Ronaldo Peña, José Briceño y Jhonder Cádiz hicieron los tantos del triunfo capitalino, que fue aplaudido por los presentes en las gradas. «Uno sabe que es complicado, pero era un partido de Primera División, y el ambiente nos ayudaba y emocionaba», era la conclusión de varios jugadores, quienes habían manifestado que no declararían, pero que se dejaron ver satisfechos tras haber cumplido en este llamado.
Lo cierto es que las circunstancias, abrieron una posibilidad que pocas veces suceden, y disfrutaron una ocasión que a la vez sirvió para sumar experiencia en una joven carrera. De esta misma manera, ocurrió en todos los campos del país donde los juveniles se hicieron presentes en representación de sus clubes. Por lo pronto, la Casa Club de El Paraíso ya esperaba en horas de la noche a los jóvenes triunfantes, y Eduardo Saragó, con su ropa de civil en mano, ya conducía camino a su casa. El martes esperan que todo regrese a la normalidad.