Miguel Vallenilla – El mes de diciembre finaliza con mucha incertidumbre, esa que nació a mediados de octubre cuando de manera definitiva, la selección venezolana quedara eliminada de sus aspiraciones de asistir al Mundial de Brasil 2014. Pese a que la Federación Venezolana de Fútbol trata de disimular su gran malestar resaltando algunos logros, no cabe duda que han tocado fondo y se avecinan cambios, y muy principalmente desde el más alto puesto, hoy comandado por Rafael Esquivel.
La rueda de prensa del hasta hace poco seleccionador, César Farías, dejó varios párrafos predecibles. Nuevamente apareció a la defensiva, dejando claro que al siguiente entrenador le deberán preguntar por el ciclo concluido. Es decir, tal parece que Farías no podía evaluar la gestión que él mismo llevó, y según sus palabras, ya no le corresponde analizar algo que le perteneció exclusivamente a él.
Día siguiente, el estratega cumanés pareció haberse sacado un enorme peso de encima, y su manera de conversar cambió con un gran giro cuando era entrevistado por aquellos con quien se sentía cómodo. Si uno repasa cada una de sus frases, esta FVF queda mal parada, pues deja entrever que hubo un total de contradicciones.
A lo largo de la semana, Farías aseguró que siempre buscó convencer a Edmundo Kabchi para que se hiciera de los servicios de Gelmin Rivas y José Contreras. ¿En qué período ocurrió esto? Claramente en épocas de seleccionador. ¿Le corresponde al entrenado de un país involucrarse en este tipo de acercamientos?, pues claramente no. Meses atrás, Rafael Esquivel aseguró constantemente que el seleccionador tenía contrato hasta Mayo de 2014. ¿Qué dijo Farías?, que había un acuerdo de palabra y no existía un contrato, pues él considera, según lo explicado por su propia familia de abogados, que tras un largo período, los acuerdos de palabra son “contratos”. Entonces ¿A quién creerle?. Posteriormente, pese a que según Farías tenía “apenas” ligeras conversaciones con clubes sobre su futuro, ya horas después era oficializado en México como nuevo estratega de los Xolos de Tijuana, en donde su presidente esperó con “mucha paciencia” su decisión. Luego el tiempo va concluyendo que estas decisiones y charlas, tenían algo más que poco rato.
Con todo lo ocurrido, ¿puede sentenciar el futuro cercano de la FVF y su Presidente?. Desde los pasillos del edificio de la Torre Mega II, ubicado en Sabana Grande, rumores van y rumores vienen. Rafael Esquivel ha tenido que sobrellevar la decepción de los patrocinantes que confiaron ciegamente en la clasificación al Mundial. Igualmente, ha debido caminar con la tristeza de que todo el esfuerzo que realizó conjunto a César Farías, no tuvo el final deseado. Sabe que esperar por un nuevo estratega tiene que ser una decisión más temprana que tarde. Pero también parece que deberá batallar con su propia decisión: si seguir o no al mando federativo.
El desenlace que ha tenido el final del año 2013, no ha calado bien en el Presidente de la federación; son conclusiones que vuelan en las mismas oficinas en Sabana Grande. Laureano González, vicepresidente de la FVF, estaría tomando fuerza dentro de las decisiones, y el desgaste con las que ha tenido que lidiar Esquivel, el cuerpo se lo demanda.
¿Alguien en estos momentos podría pensar que Rafael Esquivel no seguirá siendo el máximo directivo de la FVF?. Son decisiones que podrían llegar a finales de enero de varias maneras: teniendo el Presidente la potestad de llamar a elecciones, o según las normas, tomando el mando el actual vicepresidente, hoy Laureano González. Un nombre apoyado entre los que conforman las asociaciones y algunos equipos, sería el de Jesús Berardinelli, quien desde hace algunos meses, tomó la administración del Comité de Selecciones.
El tiempo simplemente presentará el desenlace de lo que ocurra dentro de la Federación Venezolana de Fútbol y el Sr. Rafael Esquivel. Lo cierto es que la incertidumbre pudiera ser la protagonista sobre el futuro del mando federativo, ese mismo que determinará en la escogencia del futuro seleccionador nacional.