Mariann García.- Tanto la vida como el fútbol dan muchas vueltas, el destino coloca trabas, pero también regala acompañantes que te permiten superar momentos difíciles. Los apellidos Febles y Lugo no son ni parecidos, cada uno conforma una familia distinta, en lugares diferentes y con historias muy diversas. Daniel y Jesús son dos chamos que han vivido momentos duros y supieron apoyarse uno a otro, se consideran hermanos y por cuestiones del balompié les toca enfrentarse en un campo de juego, el objetivo es el mismo, sólo que cada quien defiende un equipo distinto.
Desde muy niños algo decía que estos dos delanteros se la iban a llevar muy bien. Toda historia tiene su inicio y la de ellos comenzó por intermedio de esa famosa pasión llamada fútbol. “Nosotros habíamos compartido desde pequeños en selecciones distritales, él con Aragua y yo con Distrito, también nos vimos en unos nacionales y así fuimos. Juntos hicimos los módulos de la sub 17 y sub 20 con la Selección Nacional, después casualmente coincidimos con el Aragua. Las horas de concentración te permiten conocer a las personas”, relató Daniel Febles sobre cómo se conocieron él y “Chuto”.
Una acción vale más que mil palabras, los gestos se convierten en detalles que quedan guardados en la memoria y tienen grandes significados para cada ser humano. El aragüeño Jesús Lugo adoptó a un compañero de equipo por esa temporada; a pesar de que ya no juegan en el mismo club, los lazos de amistad quedaron para siempre. Al preguntarle por “Dany” muestra una sonrisa en su rostro y comenta que: “Con Daniel tuve una gran amistad cuando estuvo jugando en el Aragua. Yo le dediqué varios goles al papá cuando falleció, y esos fueron de gran factura para él porque después de eso se unió más”.
El caraqueño recuerda perfectamente esos momentos en los que Lugo celebraba sus dianas con un mensaje especial para Pedro Febles, su padre. El tema es sensible para el goleador, su voz cambia cuando habla sobre esos momentos, pero nunca deja de agradecerle a su amigo por todo lo que hizo. “Él tuvo una racha en la que estaba marcando goles y se lo dedicaba a mi papá, esas son cosas muy especiales que a uno no se le olvidan. Ahora que lo recuerdo hasta se me aguan los ojos porque son detalles que te ayudan a pasar los momentos difíciles. Chuto siempre estuvo ahí”, añadió el ex “Aurirrojo”.
La palabra hermano se relaciona a un parentesco sanguíneo, aunque estos dos futbolistas no lo tienen, sus vivencias han hecho que sientan llamarse de esta manera. Primero se fue al cielo el padre de Daniel, luego, lamentablemente, le tocó a “Chuto” vivir esa triste situación, esas fueron cosas que los unió a ambos. “Lo veo como un hermano, así lo considero. A mí me tocó pasar primero lo que el pasó con su mamá. Él no tiene hermano mayor y yo siempre traté de ayudar en lo que se pudiera, aportando según la experiencia que a mí me tocó vivir”, contó el delantero “Avileño” sobre el sentimiento que de una u otra forma los une. No se llevan mucho tiempo en cuanto a edades se refiere, pero para el de Santa Cruz: “A él lo considero más que un hermano, es como mi hermano mayor. Es una excelente persona dentro y fuera de la cancha”.
Este deporte tiene muchas curiosidades y casualidades, en esta ocasión cada uno defienden colores diferentes; sin embargo, en su espalda llevan el mismo dorsal número 7. “Curiosidades del fútbol, nos tocó compartir el mismo número y también somos zurdos los dos, pero cada quien tiene sus características”, expresó Febles con respecto al tema. Al terminar el cotejo, sea cual sea el resultado, Jesús Lugo confesó que: “Le voy a pedir intercambio de camisa”.
Este miércoles 6 de noviembre, desde que den el pitazo inicial hasta que se decrete el fin del partido serán “hermanos” luchando por una misma causa. “Ojalá no pase, aunque si llegara a marcar alguien del Aragua que sea Chuto, eso sí, que el marque, pero que ganemos nosotros”, dijo entre risas el jugador que tienen arriba en el global al Caracas FC, quien luego de ese compromiso se le acercó al dirigido por Cavalleri para decirle “que ando volando, que siga así porque en cualquier momento me llaman a la selección”. Con respecto a un resultado en la vuelta, anticipa que: “En el de ida le tocó a él, aunque por ahí me podría tocar a mí marcarles el miércoles”. Su lucha es sólo en el campo, más allá de eso seguirá una amistad, un aliento de lado y lado cuando el otro lo necesite.