EFE – El técnico de Cerro Porteño, César Farías, ha visto revalidada su imagen tras la victoria anoche en casa ante Corinthians, en la Libertadores, todo un respiro para el venezolano, que estaba en entredicho por la afición y gran parte de la directiva debido a los pésimos resultados en el Apertura local,
El Ciclón venció 3-2 a los brasileños en encuentro jugado en el Defensores del Chaco, en Asunción, un resultado que le coloca de líder del Grupo 8 de la Copa Libertadores.
Pese a que Cerro Porteño ganó con más garra que juego, y con ventaja numérica tras la expulsión de André y Rodriguinho, la prensa paraguaya se deshace hoy en elogios hacía Farías, quien ha pasado a ser una especie de héroe cuando no hace mucho rozaba la condición de villano.
Bajo su dirección, Cerro Porteño está realizando una de las temporadas más desastrosas de sus últimos años en el torneo local, donde lleva encajadas tres derrotas consecutivas y está en la zona baja de la tabla.
Es por ello que los tambores que anunciaban su posible destitución, dependiendo del marcador ante Corinthians, resonaban desde principios de esta semana en el entorno del club de Barrio Obrero.
La situación emocional que atravesaba el técnico fue visible en el partido contra los brasileños, cuando los dos últimos goles de Cerro Porteño fueron celebrados por los jugadores acudiendo al banquillo para abrazar a Farías, en un gesto de solidaridad con quien estaba siendo diana de todas las críticas.
Y las lágrimas derramadas por Farías en la rueda de prensa posterior evidenciaban la tensión acumulada por el «profe».
Ahora, y antes de regresar a la Libertadores, a Farías le toca afrontar el torneo local, al que Cerro Porteño se reincorpora el sábado en partido ante el modesto Deportivo Capiatá.
El encuentro es una oportunidad para que el Ciclón recupere su identidad y salga de la mediocridad que atesora en el Apertura, lo que contrasta con su posición de líder de grupo en la Libertadores.