Prensa FIFA – Venezuela ha realizado una Copa Mundial Femenina Sub-17 de la FIFA excepcional desde todos los puntos de vista. En su segunda participación en el torneo, consiguió cuatro victorias consecutivas, que le permitieron acceder a semifinales, la primera vez que una selección sudamericana lo consigue. FIFA.com entrevista a la centrocampista Daniuska Rodríguez, quien nos habla de su primera participación en la cita mundialista sub-17 y sus grandes actuaciones, con las que ha inscrito su nombre en la historia de este prestigioso certamen.
Esta adolescente empezó a jugar al fútbol a los cinco años, con los chicos de su localidad. Y ya no lo dejó, hasta ser seleccionada para representar a su país: “Al llegar aquí, estábamos convencidas de que llegaríamos a semifinales”, dice la tímida Daniuska de sus ambiciones antes de poner rumbo a tierras centroamericanas.
Ni siquiera los numerosos hinchas que abarrotaron el estadio Nacional para animar a Costa Rica en el partido inaugural asustaron a la número 5 venezolana: “Jugamos la final de los clasificatorios ante Paraguay en un ambiente comparable, y supimos controlar los nervios. Así estuvimos preparadas, y la presión creada por el público no nos molestó en absoluto”. No cabe duda de que esa confianza fue lo que permitió a Rodríguez y a sus compañeras endosar un contundente 3-0 al conjunto anfitrión, que abrió el camino de los triunfos posteriores.
Un desempeño extraordinario
Tras la eliminación del equipo local, muchos costarricenses se lanzaron a animar a Venezuela, recompensando así el espectáculo ofrecido por las muchachas de Kenneth Zseremeta. Después del pleno de victorias de la primera fase, las venezolanas se toparon con el obstáculo de Canadá en cuartos de final. Y lo superaron, al término de un partido equilibrado (3-2), en el que Rodríguez y sus compañeras sintieron una fuerte presión: “Decidimos olvidar nuestras primeras victorias y jugar cada partido como si fuese una final. Al llegar al descanso nos sentimos un poco frustradas, pero nos dimos ánimos recordando que no podíamos abandonar nuestro sueño en ese momento. Cuando volvimos a la cancha, luchamos y marcamos el gol de la victoria”.
Rodríguez se distingue por la potencia de sus disparos lejanos. Y hubiera puesto fin a la imbatibilidad japonesa con un tiro desde el mediocampo de no haber sido por una milagrosa intervención con la punta de los guantes de la guardameta nipona. Fue su compatriota Deyna Castellanos quien lo consiguió, en una semifinal saldada con victoria de las asiáticas (4-1), y que ha sido la única derrota de la formación sudamericana.
“Japón es un rival muy difícil. Dominó técnicamente, y es el favorito del torneo. Vamos a seguir practicando nuestro juego en el partido por el tercer puesto, pero espero que mejoremos la comunicación entre el ataque y la defensa, para no repetir los errores del partido anterior”, comenta.
El secreto del éxito
En opinión de Daniuska, la fuerza de su equipo radica en la eficacia del ataque, a la que ella debe suministrar balones después de ayudar a las jugadoras de atrás.
Las otras virtudes del equipo son el colectivo y la capacidad de concentración: “Hemos ganado gracias a las consignas del seleccionador, que nos pide que juguemos juntas y nos concentremos en un solo objetivo: la victoria”.
Rodríguez sueña con convertirse en profesional en Estados Unidos: “Allá el fútbol femenino ha alcanzado un alto nivel”. Y también con ser convocada por la selección absoluta de su país para participar algún día en la Copa Mundial Femenina de la FIFA™. Esta fan de Cristiano Ronaldo quiere poner en marcha inmediatamente su proyecto, incorporándose a un centro de formación. Daniuska no tiene ninguna duda de que su participación en este Mundial la ha situado en el buen camino: “He progresado técnicamente. También soy mucho más rápida que antes en la toma de decisiones dentro del campo. Y, por último, tengo más confianza en mis capacidades”.
Rodríguez también analiza los beneficios colectivos de la experiencia: “Espero que hayamos conseguido que se hable del fútbol femenino en nuestro país. Antes de llegar aquí, los medios de comunicación nacionales nos ignoraban por completo, porque estaban convencidos de que quedaríamos eliminadas en la primera fase. Espero que ahora crean en nosotras”.
Gane o no el choque por el tercer puesto, Rodríguez no perderá la sonrisa: “Hemos logrado nuestro objetivo, que era alcanzar las semifinales para que nuestras familias estuviesen orgullosas de nosotras y poder volver a nuestro país con la cabeza alta”.